El 1 de julio de 2017 una tormenta de viento y lluvia azotó Yamena, la capital de Chad. La tormenta afectó al aeropuerto, donde varios hangares y aparatos de la fuerza aérea chadiana se vieron seriamente afectados.
Los aparatos destruidos fueron tres helicópteros ligeros Fennec, mientras que sufrieron daños severos un Pilatus PC-12 de transporte VIP y al menos dos Sujoi Su-25, uno de ellos biplaza. También se vio afectado por el desplome del hangar de tubo y tela el único MiG-29. Los únicos aviones que no sufrieron daños fueron el Boeing 737 presidencial y un An-26 de transporte.
Tras el desastre, Chad solicitó ayuda a Estados Unidos. En enero de este año, miembros del 635th Material Maintenance Squadron de la fuerza aérea estadounidense viajaron a Chad para construir tres hangares del tipo Large Area Maintenance Shelters (LAMS). Además, Estados Unidos ha donado a Chad dos aparatos Cessna 208B Gran Caravan EX dotados de equipos Wescam MX-15 para misiones ISR. La donación había sido aprobada en 2016, junto con aparatos para países como Níger y Mauritania en el marco del apoyo de AFRICOM a la lucha contra insurgencias yihadistas. Los dos aparatos destinados a Chad hicieron escala en Gran Canaria el pasado mes de noviembre.


Es lo menos que pueden hacer. Pero en comparación con los repartos de aparatos que hubo al principio de la Guerra Fría parece una broma. Los tiempos cambian que es una barbaridad.