El 10 de diciembre de 2020 la agencia de noticias Reuters informó que Estados Unidos negociaba la venta de cuatro drones MQ-9B SeaGuardian de General Atomics a Marruecos. Se trata de una versión especializada en patrulla marítima y antisubmarina. Tiene una autonomía de 40 horas, un techo de vuelo de 12.000 metros y es capaz de volar 6.000 millas náuticas. EL MQ-9B puede ir dotado del radar Seaspray 7500E V2 de Leornado en un pod central.
Meses después, Global Defense Corp informó de que el contrato podría alcanzar los 170 millones de dólares. La negociación del contrato fue posible porque en los últimos meses de su segundo mandato el presidente Donald J. Trump se mostró dispuesto a relajar la restrictiva normativa estadounidense de exportación de drones, unas limitaciones que habían facilitado la expansión de las exportaciones chinas y turcas.

Sin embargo, el cambio de gobierno en Estados Unidos y la necesidad del acuerdo de venta de pasar por varios trámites en el congreso de los Estados Unidos terminó paralizándo la venta. La situación de guerra en el Sáhara Occidental y la deriva autoritaria de Marruecos de los últimos años convierten al país en un cliente problemático para Estados Unidos en el presente contexto político del país.
Recientemente el fabricante del SeaGuardian ensayó el empleo de dispensadores de sonoboyas en aguas de California.
Durante las pruebas en aguas de California se ensayó el lanzamiento de sonoboyas AN/SSQ-53G, AN/SSQ-62F y AN/SSQ-36B procesadas con el sistema UYS-505 de General Dynamics.
Además, en la feria Dubai Air Show 2021 se mostró una maqueta del dron con cuatro contenedores dispensadores de sonoboyas:
Con estos dispensadores, el SeaGuardian puede llevar un total de 40 sonoboyas tamaño tipo A u 80 sonoboyas tamaño tipo G.
Trump solo tuvo un mandato. La segunda vez que se presentó a las elecciones las perdió.
España tendría que ponerse manos a la obra en este asunto de los drones. No podemos quedarnos atrás.