El pasado 24 de febrero tuvo lugar en Bruselas la cumbre UE-Brasil. En ella la presidenta brasileña Dilma Rouseff expresó la intención de establecer una conexión de Internet de su país con Europa que pase por Canarias y evite así la posibilidad de espionaje estadounidense en sus comunicaciones. Actualmente de las cinco conexiones de Brasil con Europa, cuatro pasan por Estados Unidos.
El nuevo cable de fibra óptica partiría desde la ciudad de Fortaleza, en el norte del país, y cruzaría el Océano Atlántico hasta Tenerife, donde se conectaría al centro de datos de la empresa D-ALiX ubicado en Granadilla de Abona. No se sabe si el proyecto incluiría un nuevo trazado entre Canarias y la Península o aprovecharía la conexión ya existente de la empresa Canalink. El proyecto estaría concluido en 2016 y en Tenerife existe la esperanza de que atraerá empresas y empleos a la isla.
Sin embargo la invulnerabilidad al espionaje que proporcionaría este cable antiespionaje es discutida cuando se tiene conocimiento de que Estados Unidos ha desarrollado tecnología desde los años 80 para espiar de forma discreta cables submarinos.
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