En la noche del sábado 19 cerca de 120 misiles de crucero Tomahawk fueron disparados desde diferentes unidades navales aliadas, entre las que se encuentran tres submarinos estadounidenses. Además aviones franceses dispararon 14 misiles de crucero SCALP EG y aviones británicos Tornado Gr.4 dispararon un número no especificado de misiles Storm Shadow. En ambos casos se trata del mismo arma con diferente denominación en cada país.
Comenzaba así la primera fase de la operación aliada «Oddisey Dawn» bajo mando estadounidense en cumplimiento de la resolución de Naciones Unidas que establece una Zona de Exclusión Aérea sobre Libia. La acción francesa en solitario previa parece que levantó suspicacias por entenderse como un gesto político del presidente Sarkozy pero cabe decir que surtió el efecto esperado.
No cuesta imaginar que los objetivos prioritarios en esta primera fase han sido los centros de mando y control del régimen, los sistemas de defensa aérea y las bases aéreas: Cuarteles generales del aparato de seguridad del estado, torres de telecomunicaciones asociadas, radares, sistemas de misiles tierra-aire e instalacione claves en las bases aéreas.
Ha habido noticias de que edificios en manos de las fuerzas del gobierno en la base aérea de Masrata, donde se combate desde hace semanas, han sido bombardeos en lo que se supone que es un intento de aliviar presión sobre los rebeldes de una ciudad asediada y privada de servicios esenciales.
Horas después aparecieron en el espacio aéreo de Malta aviones estadounidenses de ataque F-15E y F-16CJ. Estos últimos están especializados en «supresión de la defensa aérea enemiga» (SEAD) que consiste fundamentalmente en ataques con misiles anti-radar.
La Operación «Oddisey Dawn» es responsabilidad del mando regional africano estadounidense AFRICOM y localmente es dirigida desde el buque LCC-20 USS Mount Whitney.
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